En las tardes de otoño e invierno se puede observar la neblina del humo de las chimeneas en el Tajo. Aquí tenéis la diferencia entre el antes y el después de la fotografía, muy patente debido en parte a la diferencia entre el balance de blancos decidido por la cámara y el balance de blancos real, y por otra parte al bajo contraste debido a la tenue iluminación del anochecer.
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2 comentarios :
Precioso, Jorge. A veces veo tus fotos y me alegro de vivir aquí. Cualquier sitio puede ser el paraíso, si es visto tras el objetivo de tu cámara, ¡campeón!
Gracias Alfonso por tus palabras. Un abrazo.
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